viernes, 4 de febrero de 2011

Opinión, 02 de Agosto de 2007

Opinión, 02 de Agosto de 2007


Septiembre – 3

Santiago Niño Becerra


Continuación.

Al igual que sucedió entre 1748 y 1762, cuando una nueva filosofía fue inyectada en el Sistema Mercantilista: la que sería la filosofía del Sistema Capitalista, a partir de 1995 una nueva filosofía se está hoy inyectando en el sistema vigente, una nueva filosofía que habla del individuo como parte de un colectivo, un colectivo crecientemente modelado por una productividad creciente y por una creciente tendencia a usar más que a poseer, un colectivo crecientemente influido por la necesidad de comunicación.

Paralelamente, el consumo de recursos y, más aún, la evolución esperada de la tendencia del consumo de recursos -de todo, incluido el consumo de algo que hoy es esencial: el ancho de banda por el que transitan las comunicaciones- muestra un panorama insoportable para el stock existente de recursos. A partir de Septiembre este hecho se mostrará con toda su crudeza y supondrá la paulatina imposición de limitaciones al uso y al consumo de recursos, bien a través del aumento de sus precios, bien a través de la limitación o de la denegación de su consumo, lo que acarreará la muerte de las actividades que se demostrarán ineficientes cuando se les impida el desperdicio.

A la vez, todo lo que hasta ahora se ha ido viendo que en el Sistema no funcionaba pero que ha quedado enmascarado por ‘el mundo va bien’, se manifestará: los problemas en el comercio internacional, la dependencia financiera de USA, las tensiones que un cada vez más devaluado dólar USA provoca, los crujidos de una Europa que no acaba de encajar, los insuficientes pero crecientes gastos sociales, el agotamiento de la capacidad de endeudamiento de las familias, las diferentes burbujas inmobiliarias.

Todo lo anterior provocará que, a partir de Septiembre, se desemboque en una situación de recortes, de intervención y de crecientes protestas sociales que en ocasiones serán reprimidas con dureza. La consecuencia obvia de todo ello será la desaparición de la confianza en la infalibilidad del Sistema, lo que contribuirá a la degradación de la situación, y a la desaparición de la falsa sensación de bonanza creada desde Noviembre del 2006 y cuyas implicaciones -mayor consumo, mayor endeudamiento-, ahora pasarán factura.

A partir de Septiembre comenzarán a manifestar problemas a nivel internacional. Por un lado, la oferta de petróleo -sobre todo a partir de Enero del 2008- será manifiestamente insuficiente para cubrir la demanda de crudo; esta situación continuará hasta que otras fuentes de energía, verdaderamente eficientes, se hallen operativas (lo que no sucederá a corto plazo). Por otro, la devalución enmascarada de la que el dólar USA está siendo objeto se demostrará completamente inútil, continuando los crecimientos en los déficits gemelos (hasta el 2010 continuarán entrando capitales en USA por lo que su economía continuará sostenida, posteriormente, esas entradas cesarán). Por otro más, el desempeño de la economía europea se manifestará incorrecto aunque menos negativo que la de USA, por lo que el euro mostrará una mayor -aunque ficticia- fortaleza que el dólar.

Se irá imponiendo la idea de ‘utilidad’, de ‘no desperdicio’, aunque ello suponga el abandono de posiciones hasta ahora inamovibles. Así, en Europa, puede muy bien imponerse un concepto hoy considerado herético: ‘la geometría variable’, por otro el tipo de interés puede no ser único sino vinculado al destino que se pretenda dar a los capitales solicitados en una atmósfera en la que la idea de ‘colectivo’ vaya teniendo una creciente importancia. En este momento será obvio que la idea de ‘ilusión’ es algo que, definitivamente, ya pertenece al pasado.

Particularmente triste va a ser la Navidad del presente año.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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