viernes, 4 de febrero de 2011

Opinión, 14 de Agosto de 2007

Opinión, 14 de Agosto de 2007

Verano

Santiago Niño Becerra


No “del 42”, del 2007.

El pasado Domingo volví de Irlanda y ayer me vine, una semanita, a ese pueblecito de la costa vasca del que les he hablado. De Irlanda ya les contaré cosas en detalle: he recogido bastante material, pero hay algo que, en línea con lo que ayer les dije, y en línea con lo que ahora está pasando, quisiera adelantarles.

Aquí, se ha hablado mucho del boom de la vivienda habido en el reino en los últimos años, pero muy poco del boom que con respecto a los inmuebles ha habido en otros países, por ejemplo, en Irlanda. Por lo que he visto, por lo que me han contado, por lo que he podido hablar, pienso que el boom irlandés ha sido superior al español; no tanto por los importes involucrados como por los mecanismos que se han utilizado y por los efectos que se han producido, mecanismos y efectos que conectan con lo que ahora está sucediendo, en las Bolsas, sí, pero, sobre todo, en la Economía en su conjunto; es decir, y como ayer les decía, en el Sistema.

A partir de Septiembre, como les he dicho vamos a entrar en un declive, lento, pero continuado y progresivo; declive que, en parte, va a venir matizado por los parches que se van a ir poniendo hasta las elecciones USA del próximo año; el Sr. Moisés Romero y yo pensamos lo mismo respecto a eso de poner parches. ¿Qué parches?, pues las inyecciones de pasta, los anuncios de las lecturas flexibles del programa federal de hipotecas para quienes tengan problemas de pago, las manifestaciones de que a la larga la corrección puede ser positiva, las proclamas de que las previsiones futuras de crecimiento se mantienen invariables, cosas así; ¿bajadas de los tipos de interés?, ¡claro!, también. De todos modos, hasta después del Verano, la tensión no llegará a la calle: estamos de vacaciones, y muchas/os, no se enteran o no quieren enterarse de lo que está llegando. Compruébenlo: hablen con la gente.

Estábamos con Irlanda, no me he olvidado. En Irlanda las cosas ya se están viviendo de otra manera. Estuve hablando con bastantes personas y están, literalmente, acojonadas. Les aseguro que da miedo ver las carreteras jalonadas de carteles “For Sale” colocados por diferentes agencias a la entrada de las propiedades. En las ciudades -Limerick, Ennis, Cork (en Dublín menos: la capitalidad obliga)- y en los pueblos -Kilrush, Scarriff, Mountshannon, Killaloe- los carteles de venta y alquiler se hallan, literalmente, clavados en las fachadas de viviendas y junto a las puertas de los locales vacíos. En Irlanda, desde Noviembre, ya no se vende absolutamente nada relacionado con el ladrillo, y la gente quiere sacarse de encima activos que llegaron a ‘adquirir’ a un interés inicial del 0% (tan cierto como Uds. están ahora leyendo esto).

Nos hemos metido en un tinglado -nos han metido- porque queríamos creer -porque necesitábamos creer- que era posible, en una dinámica de ‘ir a más’, de ‘querer ir a más’, de pensar que ‘podíamos ir a más’, y el ladrillo es genial para eso porque el ladrillo puede llegar a generar mucho PIB. En Irlanda se lo creyeron, y también en España nos lo creímos.

(El Domingo, cuando llegué a la localidad en la que resido, pasé por delante de un agente inmobiliario. Las luces estaban apagadas y el escaparate lleno de fotos de casas y pisos en venta; pues bien, en el cristal del escaparate, enganchado con cello, un cartel enorme: “Se Traspasa”. Ni siquiera habían desmontado el mobiliario; pero las cosas van bien y el año próximo van a seguir yendo bien. ¿Verdad?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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