viernes, 4 de febrero de 2011

Opinión, 03 de Septiembre de 2007

Opinión, 03 de Septiembre de 2007

Irlanda - 1


Santiago Niño Becerra


Vamos a hablar más de Irlanda.

Preciosa, recomendable. Mi esposa y yo buscábamos tranquilidad y la encontramos en un resort situado junto a Bodyke, un pueblo (lo de pueblo es un decir) del county de Clare. A pesar de buscar desconectar de la realidad del día a día, a mi me ha sido imposible no ver Irlanda como lo que las estadísticas dicen que es: el miembro de la UE con el PIB per cápita más elevado de los 25 después del de Luxemburgo. La pregunta: ¿se corresponde ese PIB pc con lo que se ve en las calles de las localidades irlandesas y en las carreteras del país?, ¿se corresponde con lo que se percibe hablando con las gentes de la república?. La respuesta es un no rotundo, rotundo y sin paliativos.

Irlanda es un país que de ser uno de los más pobres de Europa (en 1985 su renta per cápita era la octava de la UE 12) ha pasado a ser, en términos estadísticos, el segundo más rico. La manera como lo ha conseguido es conocida: merced a un permiso de la UE rebajó, a finales de los 80, su impuesto sobre los beneficios al 11% de la base imponible; eso, unido a la mentalidad irlandesa, a su historia de privaciones, a su idioma (a uno de los dos oficiales, claro) y a su situación geográfica, ha dado lugar al PIB pc del que Irlanda, hoy, hace gala, pero, ¿disfruta la ciudadanía irlandesa de un estándar de vida en línea con ese PIB pc?.

En Irlanda, como en todas partes, ese PIB pc es el resultado de dividir el PIB que Irlanda genera entre la población total del país, pero la distribución de ese PIB y la manifestación de ese PIB, no casa con el estándar de vida de las irlandesas y de los irlandeses. Podría contarles muchas cosas al respecto, pero a fin de no ocupar demasiado espacio, voy a contarles tan sólo una.

En la carretera de Limerick a Tarbert hay un museo que vale la pena visitar: el museo que recoge la historia del puerto de hidroaviones de Foynes, de cuando, en los años 30, la localidad era destino y punto de partida de una línea aérea que unía USA con Irlanda. Tras visitar el museo nos enteramos de que en Loughill, la localidad más cercana a Foynes, dirección a Tarbert, estaban localizados unos jardines espectaculares que había que visitar, y hacia allí nos dirigimos.

Llegando a la localidad, nos sorprendió que unos jóvenes ocupasen la carretera aprovechando unas señales indicativas de obras en la calzada que obligaban a aminorar la marcha. Esos jóvenes, pertrechados de unos cubos de dimensiones semejantes a los que en los cines sirven las mayores raciones de palomitas de maíz que pueden comprarse, estaban realizando una colecta. ¿Para qué?, Uds. se preguntarán. Eso es lo que mi esposa y yo preguntamos, y la respuesta fue simple: para adquirir un desfribilador cardíaco para el pueblo.

¿Se corresponde con el segundo PIB pc más elevado de Europa una situación en la que unos ciudadanos tengan que realizar una colecta para adquirir un desfribilador cardíaco?. Esa en la realidad, real, de Irlanda, todo lo demás, sus carencias en comunicaciones y el nivel disparado de deuda hipotecaria de su ciudadanía, queda en segundo término.

Pero eso, parece, que no es importante para explicar la potencia de ‘el tigre celta’; ¿verdad?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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