viernes, 4 de febrero de 2011

Opinión, 24 de Septiembre de 2007

Opinión, 24 de Septiembre de 2007

¡Cuidado!

Santiago Niño Becerra



¡Cuidado!. Estamos entrando en un terreno muy peligroso.

Es un terreno bien conocido por regímenes totalitarios y asimilables, un terreno en el que se pone en la picota a quienes critican las consignas oficiales, un terreno por el que tanto está empezando a moverse el Gobierno como su oposición; es una nueva versión del conocido “contubernio judeo-masónico”. En todas las partes del planeta clasificadas como democráticas, pero más en el reino, están proliferando las manifestaciones oficialistas -o cuasi, o pseudo- descalificando y calificando casi como terroristas a quienes decimos que la economía mundial, en general, y la española en particular, ha entrado en una secuencia que la está llevando a un proceso de crisis; y ese proceder, no es que sea correcto o incorrecto, es, simplemente, suicida.

Centrándonos en España, la situación ha llegado ya a un punto insostenible, y va a ir a más porque ya hemos entrado en período electoral, pero no sólo por eso. La razón fundamental son los poquísimos activos reales con que la economía española cuenta para hacer frente a lo que ya está llegando, por eso, en el reino la postura oficialista es que ‘nada malo va a suceder porque todo es genial’; de ahí que dichos mensajes estén, ya, adoptando tintes crecientemente descalificadores hacia los críticos de tal postura. Pero la oposición también se centra, únicamente, en su propio mensaje limitado al escenario político particular de España que, con sus proclamas, desea cambiar, considerando que fuera de su particular postura nada posible hay.

El colmo momentáneo (en los próximos meses vamos a asistir a una permanente carrera de colmos) es la batería de ‘ayudas’ económicas que el Gobierno se está sacando de la chistera a fin de dulcificar la debacle que se va a venir encima de muchas españolas y de muchos españoles. De entrada: ¿por qué estas ayudas si los fundamentos de la economía española son sólidos y España está jugando entre la elite mundial?.

Sigamos. Estas ayudas son variadas, pero todas tienen un denominador común: salen de los ingresos públicos, es decir, del bolsillo de la población, autóctona o no, española. El Gobierno está estudiando la concesión de anticipos de pasta a quienes corran peligro de ser desahuciadas/os por no poder hacer frente al pago de sus hipotecas, anticipos que, posteriormente, las/los receptoras/es deberán devolver. Pregunta, ¿si alguien que está percibiendo un 60% de sus ingresos en negro y se ha metido en una orgía de gastos a pagar a plazos no puede pagar su hipoteca, se le va ayudar?; pues que bien, ¿no?. Más. Y, ¿qué sucederá si esa persona, ni hoy, ni mañana, ni pasado, puede pagar la hipoteca y devolver esos anticipos?.

Vayamos más allá: ¿a quién, de verdad, beneficia este proyecto?, se dice que a los jóvenes que no pueden acceder a una vivienda, pero, al margen de que esa pasta continuará alimentando al subsector de la construcción, los beneficiados serán los concededores de las hipotecas; es decir, que con dinero público se va a garantizar a entes privados la recuperación de su pasta. ¡Genial!. Además, sucede otra cosa. Si el Estado, con dinero de todas/os, complementa las dificultades de pago, las complementará con respecto a unos precios disparatados (¡huy!, ¡perdón!, que esos precios los ha fijado el mercado), por lo que el Estado está suponiendo que esos precios van a continuar en el nivel que ahora están. ¡Pues qué bien!, ¿verdad?. Más. Deducciones fiscales al alquiler de viviendas, en variadas formas y maneras. Lo mismo: y, ¿cómo van a ser fijados los precios de los alquileres?.

¿No ve la población una absoluta falta de coherencia entre este plus al modelo de protección social fundamentalmente orientado a cubrir desgracias con las peroratas sobre lo sólida que está la economía española?. ¿No aprecia la ciudadanía que todo esto se está diciendo en período electoral?. ¿No es consciente la gente que quien maneja los dineros está diciendo que no, que así no?, y esa gente, ¿no es consciente de que al ministro de Economía está empezando a ninguneársele?; ¿por qué será?.

Juntemos todo. El Gobierno está negando que lo que ya está llegando nos va a dar un bofetón de campeonato, la oposición está metida en un mensaje parcial y limitado, las carencias que España tiene en muchísimos aspectos son antológicas y su dependencia exterior tremenda. Con este panorama, algunos miembros del Gobierno se han lanzado a buscar votos. Y, como colofón, ahora resulta que quien critica está empezando a ser malo malasombra. Menos mal que estamos jugando entre los grandes que si no …

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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